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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Candidato del PPR busca hacer la diferencia por un mundo mejor donde no exista discriminación.



“Soy una persona que vive con VIH Sida, soy homosexual y parcialmente sordo”.

Esta es la introducción que Edwin Meléndez Delgado ofrece para promocionar su candidatura a representante por acumulación por el partido Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR).

Fue, de hecho, su experiencia personal lo que lo llevó a entrar al mundo político, en el que todavía la homosexualidad se trata como un tabú.

“Mi misión especial es representar a la minoría para que nos podamos reintegrar a la sociedad. Ese es el trabajo que yo vengo a hacer por ti, por mi Puerto Rico”, dijo el hombre de 35 años, al presentarse ante seguidores del partido del coquí.

Sus principales compromisos programáticos son apoyar a las personas impedidas, luchar por derechos para la comunidad homosexual, mejorar las condiciones de los pacientes de VIH Sida y fomentar el bienestar de la familia.

Meléndez comentó que emprenderá esta lucha política por las minorías, "porque he vivido en carne propia el quedarme sin medicamentos, de ir a una oficina de Gobierno y que te digan: 'tu estás sordo, no me estás escuchando'. Estoy aquí para trabajar por las minorías, porque soy un ejemplo de eso”.

Hasta el momento, ninguna persona declarada abiertamente homosexual ha logrado un escaño en la Legislatura.

Uno de los que intentó hacer entrada al Capitolio fue el reconocido activista gay, Pedro Julio Serrano. Serrano retiró su aspiración y se desafilió del Partido Nuevo Progresista (PNP), debido a “la homofobia que presentaron diversos líderes del partido y las trabas que estaban poniendo para mi aspiración”.

Para Serrano, estas elecciones serán históricas. Esto se debe a que, además de Meléndez, otros cuatro candidatos homosexuales aspiran a un cargo político. Estos son Pedro Peters Maldonado, Luis Ibrahyn Casiano, Shariana Ferrer e Ivette Santiago.

 “Sí, estamos preparados (para ser representados por miembros de la comunidad gay en la Legislatura). El pueblo puertorriqueño aquilata a los candidatos por sus capacidades y talento, y no por su orientación sexual. Me parece histórico y maravilloso que a través de sus candidaturas ellos visibilicen la aportación de las personas LGBTT (comunidad lésbica, gay, bisexual, transgénero y transexual) en la política y los reclamos de igualdad que hace la comunidad”, señaló Serrano, en entrevista telefónica con este medio.


Un estudio explica por qué fracasan las vacunas contra el VIH




La búsqueda de una vacuna contra el VIH ha sido, hasta ahora, una carrera de obstáculos. Frente al optimismo inicial (son famosas en el sector las sucesivas promesas de contar con un fármaco cada cinco años), a diferencia de otros virus este ha resultado imposible de bloquear. Lo más que se ha conseguido en algún ensayo es una protección del 30% en algunos grupos de población, insuficiente para los mínimos exigibles antes de usarlo a gran escala. Un trabajo publicado en Nature Medicine explica el porqué de este fracaso, y abre la puerta a nuevos planteamientos.

Según explican los autores de la Oregon Heath & Science University (OHSU), en un trabajo que ha contado con fondos de la Fundación Bill & Melinda Gates, el problema ha sido graduar la respuesta inmune y hacer que se mantenga. En las vacunas tradicionales, esto se consigue de dos maneras. Una, inoculando virus atenuados, de manera que no produzcan la enfermedad, pero sí una respuesta inmunitaria, que deja al organismo preparado para cuando haya una exposición real al patógeno. La otra es inyectar solo proteínas del virus.

Con el VIH se han probado ambos métodos. Pero ninguno ha funcionado. La causa está, según los investigadores, en que no hay un virus suficientemente atenuado como para no ser peligroso, y que cuando se usan proteínas solo, en cambio, la respuesta es insuficiente. Es decir, que la respuesta no se ha podido graduar: cuando se usaba el VIH entero no había garantías de que el voluntario no fuera a enfermar; si se usaban solo proteínas, la respuesta no duraba.

Lo interesante del trabajo es que propone una solución intermedia: utilizar virus que sean inocuos para una persona sana y que, a la vez, se mantengan mucho tiempo, incorporándoles proteínas del VIH. De esta manera, la persona no corre el riesgo de enfermar por el virus, pero mantiene la respuesta inmunitaria.

Aunque todavía no se ha probado, los autores del trabajo apuntan a un posible candidato: el citomegalovirus (CMV). Este microorganismo es inocuo para las personas sanas (aunque las que tienen afectadas las defensas pueden sufrir graves complicaciones), y produce una respuesta inmunitaria muy sostenida. Es un camino a explorar.
 

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